Rico, aromático y untuoso, el chess pie es un postre clásico del sur de Estados Unidos. Esta deliciosa tarta dulce solo requiere un puñado de ingredientes y se puede preparar rápidamente.
¿Qué es el chess pie?
El chess pie es un postre típico de Estados Unidos, que contiene esencialmente pasta quebrada y un relleno a base de huevos, azúcar y mantequilla. Se sirve caliente o frío para darle tiempo al relleno de que se endurezca y tenga una textura perfecta.
Aromatizada con un toque de vainilla, es una tarta esponjosa, cuyo sabor recuerda al de las natillas. El toque de originalidad de este pastel dulce es la adición de harina de maíz en el relleno, lo cual espesa ligeramente la mezcla y proporciona la suficiente suavidad.
Otro ingrediente tradicional del chess pie es el vinagre blanco. Sí, ha leído bien, ¡vinagre! Si bien la presencia de este condimento en un pastel dulce puede parecer absurda, en realidad era común en los hogares humildes de los años 1800 utilizar el sabor ligeramente ácido del vinagre blanco, similar al limón, para perfumar los postres.
Todo ello conforma una tarta que es muy rica, pero sorprendentemente ligera, y que es tan cremosa que se puede comer a cucharadas.
¿Cuál es el origen del chess pie?
El chess pie proviene directamente del sur de Estados Unidos. Es una receta tradicional y bastante antigua, ya que los primeros registros que aparecen en libros de cocina datan del siglo XVII. Compuesto por ingredientes simples y económicos, el chess pie se convirtió rápidamente en un postre común en esa época.
Sin embargo, el origen de su nombre es un verdadero misterio. Hasta ahora, no ha habido una fuente confiable para confirmar de dónde recibe su nombre tan peculiar el chess pie (en español sería “pastel ajedrez”), pero abundan muchas anécdotas y leyendas.
La historia más popular cuenta que una mujer que trabaja en una plantación habría decidido hacer un pastel con los pocos ingredientes básicos que tenía ese día, incluyendo harina, harina de maíz, huevos, mantequilla y azúcar. Cuando su esposo le preguntó qué había preparado, ella respondió en un tono informal, “Oh, solo un pastel” (en inglés “Oh, just a pie”), que, con la pronunciación típica del sur de los Estados Unidos, quedaría como jest pie, o ches pie.
Otra leyenda sugiere que su nombre, en realidad, proviene del hecho de que era costumbre en ese momento mantener el pastel en un cofre para tartas, una especie de pequeño baúl de madera muy usado en los hogares estadounidenses en los siglos XVIII y XIX, llamado “pie chest”. Este baúl podía contener pasteles, pero también pan, carne y todo tipo de alimentos que las personas querían proteger de los insectos y ratones.
Finalmente, otras personas piensan que el nombre de este postre tiene que ver con la tarta de cuajada de limón que tenía un aspecto similar. A este último, a menudo y familiarmente, se le llamaba “cheese pie” (pastel de queso), aunque no contenía queso. Con el tiempo, la palabra “cheese” (queso) se convirtió en “chess”.
Ya sea que la verdad se esconda entre una de estas teorías o no, ¡siempre es divertido compartir esas anécdotas mientras se sirve el pastel!
¿Cuáles son las variantes del chess pie?
La receta del chess pie es tan sencilla que hace que sea particularmente fácil de variar, y hoy en día, se pueden encontrar muchas versiones de este icónico pastel.
La variante más común es el pastel de suero de mantequilla (buttermilk pie), que contiene suero de mantequilla en lugar de leche. Esta receta no utiliza harina de maíz, lo que le da al pastel una textura más cremosa que el original.
Otra variante popular es el chess pie con limón (lemon chess pie), una especie de tarta de limón al estilo estadounidense. Se trata de añadir ralladura y jugo de limón a la receta, lo que hace que el pastel se vuelva un postre fresco y ácido, perfecto para el verano.
Finalmente, si está buscando una versión más sofisticada, probablemente le encantará el chess pie con chocolate y nueces (chocolate and pecan chess pie). Rica e intensa, esta receta es un verdadero concentrado de glotonería.
- 200 g de mantequilla con sal fría y cortada en cubitos
- 340 g de harina
- 3 cucharadas de agua fría más o menos
- Pesos para hornear o frijoles secos
- 2 cucharadas de harina
- 250 g de azúcar extrafino caster
- 3 cucharaditas de harina de maíz
- 1 pizca de sal
- 115 g de mantequilla derretida
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
- 4 huevos batidos
- 1 cucharada de vinagre blanco
- 4 cucharadas de leche
- Azúcar glas
- Batidora de repostería
- En el tazón de una batidora de repostería, con el accesorio batidor plano, mezcle la mantequilla con sal fría y la harina para obtener un efecto de pasta quebrada.
- Agregue el agua fría (3 a 5 cucharadas), hasta que la mezcla comience a quedar homogénea.
- Envuelva la masa con una envoltura de plástico.
- Deje reposar en el refrigerador durante 45 minutos.
- Aplane la masa con un rodillo y extiéndala sobre un molde para tarta, preferiblemente con un fondo desmontable, de unos 26 cm de diámetro.
- Precaliente el horno a 180°C.
- Cubra la masa con papel pergamino. Coloque los pesos o frijoles secos sobre toda la superficie y hornee durante 10 minutos
- Retire el papel de pergamino y los pesos o frijoles secos y hornee durante 5 minutos más. La masa debe quedar ligeramente dorada.
- Retire del horno y deje enfriar.
- Baje la temperatura del horno a 175°C para la segunda parte de la cocción.
- Usando un batidor, mezcle todos los ingredientes en un tazón grande.
- Vierta la mezcla sobre la masa.
- Hornee durante 45 minutos.
- Espolvoree la tarta por encima con azúcar glas antes de servir.
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